“Sabaidee” Laos! Por el Mekong hasta Luang Prabang 8


Una de las fronteras de Laos con Tailandia es la de Hua Xin. Después de las otras fronteras terrestres que hemos atravesado, nos esperabamos una caseta, un pequeño puente y otra caseta que nos diese la bienvenida a Laos. Al llegar la sorpresa fue increíble. Un edificio de lujo que te despide de Tailandia y furgonetas y más furgonetas de turistas.

Allí empezaba nuestro viaja hacía Luang Prabang, nuestro primer destino en Laos, que es patrimonio mundial por la UNESCO. Los trámites en la frontera de Laos son quizás los más fáciles que hemos encontrado hasta ahora. Nada más llegar al puesto fronterizo, igual de espectacular que el de Tailandia, te dan todos los formularios que debes rellenar, tienes una oficina para cambiar dinero a un ratio muy bueno y a duras penas se miran los formularios que les entregas. Pagas (1$ más por ser fin de semana) y ya estás en Laos. Eso si, como nos recomendó el agente de aduanas de Tailandia mejor pagar en USD porque si pagas en Kips, la moneda de Laos el precio se dispara.

Paseando por el Mekong

Paseando por el Mekong

Crucero por el Mekong

La mayoría de gente que cruza esta frontera lo hace para hacer un crucero de 2 días por el Mekong que acaba llegando a Luang Prabang. Que la palabra crucero no engañe a nadie, es un barco de madera en el que uno se pasa 7 horas sentado en unos asientos que parecen robados de un autobús. Eso si, el paisaje es maravilloso y el paseo por el río, descubriendo su vida y sus alrededores: rocas, bosques, parches de arena vírgenes, búfalos disfrutando del agua, aldeas imposibles en la cima de las colinas o barcos-casa son algunos de los atractivos del crucero.

Hicimos noche en Pakbeng, una aldea que debido al turismo acabó convirtiéndose en el pueblo que es hoy en día, lleno de guesthouses y restaurantes. Aún así, el pueblo tiene cierto encanto enmarcado por el Mekong. Después de buscar un poco, terminamos encontrando una guesthouse muy bien de precio (40.000Kips – unos 4€) con un dueño empeñado en vendernos opio o marihuana. Al final no le compramos nada pero nos mantuvo el precio.

Los niños de las aldeas corren a recibir el barco

Los niños de las aldeas corren a recibir el barco

Luang Prabang

Aunque hace unos años el barco te dejaba en el mismo centro de Luang Prabang, esos tiempos pasaron y ahora te deja a unos 10Km del centro de la ciudad, en un lugar donde espera una flota de tuk-tuks dispuesta a llevar a los turistas. Nada más bajar del barco en la oficina de tickets, coger un tuk-tuk cuesta 20.000Kips por persona. Antes de andar un minuto el precio ya ha bajado a 10.000. Nosotros optamos por ir andando. Al final llegamos en coche gracias a unos chinos que se compadecieron de nosotros.

Uno de los muchos templos del centro histórico de Luang Prabang

Uno de los muchos templos del centro histórico de Luang Prabang

Casas al estilo francés consecuencia del colonialismo

Casas al estilo francés consecuencia del colonialismo

Mediterráneamente asiático

Aunque no hemos visto mucho de Laos hasta ahora, Luang Prabang no parece una ciudad que pueda representar el país. Las calles están bien asfaltadas y los edificios, de estilo colonial francés, recuerdan de alguna manera a un pueblo costero mediterráneo. Los templos son los encargados de recordarte que este pueblo mediterráneo está en Asia. Cerca del Mekong las paradas con estupendos bocadillos hechos en baguetes tiernas y crujientes te recuerdan lo contrario.

Por la noche aparece cerca de la zona turística un mercado de artesanías bastante entretenido y que cuenta con algunos “buffets libres” de comida vegetariana por 10.000 kips. No vimos ningún puesto callejero que vendiese carne, exceptuando los bocadillos, aunque después de ver el mercado que se instala por la mañana en las mismas calles tampoco tenemos mucha prisa por probar la carne.

El palacio real, reconvertido a museo es uno de los mayores atractivos. Resulta bastante curioso por sus dimensiones y porque es bastante austero. No tenemos fotos porque dentro no está permitido llevar la cámara, pero parece que sólo en una sala se han permitido caprichos los antiguos reyes. La sala central pintada de color rojo intenso está decorada con miles de cristales formando figuras y escenas de la vida cotidiana, el resto de las salas tienen poco más que yeso en las paredes y muebles muy sencillos.

Un 'Cadaquès' asiático

Un ‘Cadaquès’ asiático

La historia desconocida de Laos

El UXO Visitor Center (explosivos no detonados) no es muy conocido entre los turistas que van a Luang Prabang. Nos llevamos una sorpresa increíble al descubrir que Laos fue el país más bombardeados del mundo. En este centro de interpretación descubrimos una parte de la historia completamente desconocida para nosotros.

Laos se vió involucrado, como casi todos los países del mundo, en la Segunda Guerra Mundial. Cuando a duras penas levantaba cabeza, la Primera Guerra Indochina con Francia le golpeó de nuevo y nada más salir de está una terrible guerra civil se cebó con el país. Después de tantas guerras parece normal que el país se quisiese mantener neutral en futuros conflictos, pero no le dejaron. Se vió involucrado en la Segunda Guerra Indochina porque se convirtió en el campo de batalla escogido por otras potencias para librar sus guerras, obligando al país a tomar partido. Así en esta guerra, conocida también como guerra del Vietnam, la etnia de los Hmong tomó parte a favor de los americanos mientras que otras etnias tomaban partido a favor de Vietnam del norte. A finales de 1969, Laos llegó a recibir unos 900 bombardeos al día. Fue bombardeada con armas químicas como el famoso gas mostaza y con bombas a día de hoy prohíbidas como bombas de racimo. A día de hoy se estima que quedan 80 millones de bombies (los pequeños proyectiles del interior de las bombas de racimo) sin explotar a lo largo del país. A esto hay que sumar otro tipo de municiones y de bombas.

Una siniestra historia que convierte los caminos sin señalizar y campos de cultivo de Laos en un verdadero peligro. Más de 65.000 artefactos se desactivan cada año. Nosotros no sabíamos nada de todo esto y resultó un verdadero shock para nosotros el descubrirlo.

Artillería en el Centro UXO

Artillería en el Centro UXO

Centro UXO, entrada presidida por misiles

Centro UXO, entrada presidida por misiles

Patrimonio de la UNESCO

La parte histórica de Luang Prabang está llena de edificios coloniales franceses y de templos con un encanto particular. El paseo por esta area resulta bastante agradable y como decíamos antes uno tiene ciertas reminiscencias de pueblo mediterráneo. Aún así, no conseguimos descubrir que es lo que hace que esta ciudad haya sido declarada patrimonio de la UNESCO, seguramente un poderoso padrino se encargó de ella, quizás los franceses. Sea como sea es una ciudad con bastante encanto, pero que de alguna manera nos transmite la sensación que no se trata del verdadero Laos.

Altavoces de bambú en el mercado nocturno

Altavoces de bambú en el mercado nocturno

Hace un licorcito de serpiente? (Mercado nocturno de Luang Prabang)

Hace un licorcito de serpiente? (Mercado nocturno de Luang Prabang)


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8 ideas sobre ““Sabaidee” Laos! Por el Mekong hasta Luang Prabang

  • M. José

    Que fuerte lo de las bombas, el rio Mekong sería un paseo muy relajante y bonito. Ojo a los vendedores de droga, no os la vayan a meter en la mochila, que no os fieis ni de las serpientes, jeje. Besos

    • Roser y Dani Autor

      Sí, sí! Todo un descubrimiento la verdad. No sabemos nada de los países asiáticos, solo que están muy lejos! Y luego descubres millones de atrozidades que ni sabías habían pasado.

  • Luis

    Me habían hablado muy bien de Luang Prabang, pero veo que no impresiona tanto. Muy evocador el río Mekong, no sabia de tantas guerras padecidas por Laos. Hay paises que parece que siempre se llevan la peor parte. Por otro lado, no deja de extrañarme que se ofrezca el opio y marihuana con esa normalidad, como se ofrece un refresco o similar. A lo mejor es que los turistas lo demandan. Lo de andar 10 km, no dejan de ser kms, un tu-tu de esos también airea un poco y va bien de vez en cuando. Interesantes los comentarios. Un abrazo.

    • Roser y Dani Autor

      Así es, parece que en esta parte del mundo estos países se llevaron una parte horrorosa.
      Los turistas, efectivamente, allá sobre los años 80/90 venían aquí e iban a preguntar a los lugareños por opio o marihuana. Ya no van (tanto almenos) pero ellos siguen ofreciéndolo.

      Besos!