Cameron Highlands: nombre inglés, producto inglés


Está claro que el nombre de este lugar de Malasia es herencia de la colonización inglesa y lo más famoso de este lugar podría serlo también pero en este caso, el té que se cultiva proviene de la zona de la India.

Llegamos sin muchas expectativas a Cameron Highlands, con la única referencia de este lugar a través del programa de Pekín Express y las recomendaciones de otros viajeros. Esto hizo que ya en el bus, de camino a Tanah Rata el pueblo donde haríamos base, nos quedasemos boquiabiertos con las impresionantes vistas de los campos de té. El contraste de verdes, las formas, la extensión de los campos y su situación en las montañas hace que sea un paisaje increíble.

 

 

 

Caminos en la selva

 

 

 

El lugar es increíble y no es sólo famoso para los turistas extranjeros si no también para los locales. Sobre todo gente de Kuala Lumpur que necesita desconectar del estrés de la ciudad y se va el fin de semana a relajarse entre verde, montaña y té. Nosotros no teníamos ni idea de esto hasta que al llegar un viernes nos encontramos que la gran mayoría de hoteles de la ciudad doblan los precios el fin de semana. Nos costó muchísimo encontrar uno que estuviese bien de precio.

Los campos de té en Cameron Highlands

Los campos de té en Cameron Highlands

A la principal atracción hay que sumarle un atractivo con el que no contábamos en absoluto y que fue el principal motivo de que alargasemos la estancia en este lugar. Cameron Highlands tiene jungla/selva. Unos bosques densos, con muchísima humedad, donde el ruido es incesante, los árboles y las plantas crecen de forma desmesurada, andar es toda una odisea y es absolutamente maravilloso. Hay 12 caminos marcados que salen desde distintos puntos de Cameron Highlands.

 

 

 

Enfrentando Gunau Brinchang

 

 

 

Nosotros hicimos los caminos 7 y 8 juntándolos para formar una ruta circular y el camino 1 hasta llegar a Gunau Brinchang, la montaña más alta de la región (2050m). Está última no tiene nada especial. Las vistas fueron bastante decepcionantes, sin embargo el camino es sofocante, cansado pero muy divertido. El mismo día que subimos a Brinchang tratamos de subir a otra de las montañas, Gunau Irau, pero de camino nos encontramos a unos chicos cansados y de barro hasta los hombros que nos advirtieron que nos quedaban 4 horas de camino. Como ya estábamos cansados y era tarde nos volvimos con ellos. En este camino la selva se cierra todavía más y pese a lo penoso que resulta avanzar, el entorno merece la pena. Nosotros tuvimos la suerte de encontrar plantas carnívoras y algun gran lagarto, pero nada más espectacular.

 

 

 

Planta carnivora en Gunau Irau

 

 

 

Moverse por Cameron Highlands

Por lo que nos dijeron, hace unos años hubo un bus local que te permitía moverte entre los distintos puntos de la región para empezar los trekkings o ir a las plantaciones de té. A día de hoy el bus local ha desaparecido y la única manera de moverse es con taxi o con los tours privados. Como no nos convencía ninguna de estas opciones nosotros nos movimos siempre a pie o haciendo autoestop. La distancia más larga a recorrer (sin contar trekkings) es de 8Km así que con paciencia es posible hacerlo a pie.

Entre las plantas de té

Entre las plantas de té

Moverse haciendo en autoestop es sencillo. Ellos están de vacaciones, tú estás viajando, practicamente todo el mundo habla inglés y los Malayos parecen estar orgullosos de que a los extranjeros les guste visitar los mismos lugares que a ellos, así que el autoestop se convirtió en una manera de aprender varias cosas y de una de las situaciones más graciosas de Cameron Highlands.

Volvíamos de Gunau Irau cuando nos recogieron unos chicos en una furgoneta. Ibamos en la parte de atrás al descubierto, porque el interior ya iba lleno. De alguna manera terminamos 8 personas, todos extranjeros, en el remolque disfrutando del viaje, riendo y observando las increíbles plantaciones de té.

Nos despedimos de Cameron Highlands

Cameron Highlands fue un lugar para descubrir la verdadera jungla/selva, regalarnos la vista con el espectáculo de las plantaciones de té y relajarnos en un ambiente fresco y tranquilo. Las tardes eran simplemente para descansar y todo el ambiente del pueblo está pensado para ello, así que es un lugar donde pasar unos días magníficos. Además nuestro último día coincidió con el cumpleaños de Ganesha, el dios elefante hundú, hijo de Shiva, así que nos despedimos por todo lo alto con la celebración y cena correpondiente en un templo hindú. Después de las ceremonias hindues todo el mundo tiene derecho a su plato de comida, y los extranjeros que presenciamos la ceremonia (todos españoles) no fuimos menos. Nos invitaron amablemente y comimos con ellos un delicioso curry con postre final.

Celebrando el cumpleaños de Ganesha

Celebrando el cumpleaños de Ganesha

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