Kuching: médicos, un visado complicado y couchsurfing (II) 3


Un visado complicado

Os suena el título? Resulta que llegamos a Kuching casi como llegamos a Kuala Lumpur. Tan sólo aterrizar nos dirigimos al Consulado de China para solicitar, por segunda vez, el visado de chino. Eran las 9:30 de la mañana cuando entramos en la oficina, cargados con las mochilas pero bien sonrientes. Nos recibió un administrativo y al ojear los papeles nos dijo que NO podíamos solicitar el visado chino en Kuching.
– Cómo? Quizás no lo hemos entendido bien. Puedes repetir?
– Aquí sólo pueden aplicar los residentes malayos o personas con visado de 6 meses, y no es vuestro caso.
– … Pero

Es lo único que logramos decir. Nos explica que el único lugar donde podemos aplicar es Kuala Lumpur, donde ya habíamos aplicado y nos lo habían denegado. Definitivamente, estamos jodidos. El vuelo de vuelta a Kuala Lumpur desde Borneo conecta, unas horas más tarde, con el de China, así que sin visado no hay vuelo, sin vuelo no hay China. Una vez comenzamos a asumir este tortazo en la cara, asumimos que perdemos el dinero del vuelo e intentamos asumir que perdemos, también, la oportunidad de visitar al gigante asiático. Perdemos pasearnos por la muralla, pasearnos por Tiamen, pasearnos entre los guerreros de Xi’an, sentirnos como en la película Avatar. China, ese gigante incomprendido, ese reto viajero, ese misterio escondido. Hasta luego. La marca de la bofetada sigue hoy aún, escribiendo estas líneas el día en el que deberíamos volar a Pekín. Son cosas del viajar.

Médicos

Después de recibir la notícia, la segunda parada del día en Kuching, sin haber visto siquiera aún la ciudad, fue el hospital. Roser seguía sufriendo las dolencias de una infección de orina, así que después de la llamada al seguro médico nos plantamos en urgencias. La atención fue rápida y buena. Con los resultados en menos de 10 minutos y las prescripciones médicas correspondientes. Contentos de tener un buen trato, nos dirigimos a la ventanilla de la farmacia y nos llevamos una sorpresa al decirnos que debíamos pagar los medicamentos y la visita, ya que no habían recibido ninguna llamada de nuestro seguro. Aquí comienzan 2 horas, literalmente, de discusiones con el personal administrativo del hospital, muchas llamadas al seguro y hojas de reclamación por en medio. Resumiendo muy brevemente: el hospital quería limpiarse las manos y que pagasemos la cuenta, sin esforzarse a contactar con el seguro. Finalmente, después de mucho insistir y muchas malas caras, pudimos salir del hospital sin haber pagado la cuenta y con los medicamentos en la mano.

Couchsurfing compartido

Como ya sabréis nos gusta la plataforma Couchsurfing porque te ofrece la posibilidad de dormir en casa de la gente local, conocer cómo es su día a día y saber sobre los problemas cotidianos que les afectan. Esta vez compartimos casa con 3 viajeros más y una anfritriona encantadora: Maya. Nos encontramos todos juntos en un centro comercial situado en el centro de la ciudad, y decidimos comprar algo para cenar. Nosotros creíamos que pagaríamos la cuenta de los invitados por un lado, y la anfitriona pagaría la suya. Así pues, fueron llenando los carritos con más y más comida y una vez en el cajero, nos sorprendimos cuando ella decidió pagar el total de la cuenta, nada menos que 160 R (35€) como “regalo” por dormir en su casa. A pesar de que es un gesto precioso, nos pareció que estaba haciendo un gran esfuerzo económico y así lo corroboramos más tarde. Maya tiene un puesto de frutas callejero con su pareja. Él consigue la fruta a un precio mucho más económico comprándola en la frontera con Indonesia, de contrabando, y a duras penas tienen beneficios.

Couchsurfing team

Couchsurfing team

Nos vamos de excursión

Nuestro anfritriona vivía a tan sólo 10 km del Parque Nacional de Kubah, así que los 6 nos dirigimos allí montados en el remolque de una camioneta que habíamos parado. En Sarawak todos los parques nacionales son privados, como descubrimos más tarde con Bako y tienen el mismo precio: 20 MR. Hicimos un trekking de unos 5km que nos llevó toda la mañana, parando a descubrir bichos y cazar lagartijas y ranas. Lo más destacado del trekking fue la parada en la cascada, bastante bonita, y un mirador que descubría la salida al mar y las montañas que cubren el Parque Nacional de Bako.

Mirador en el Parque Nacional de Kubah

Mirador en el Parque Nacional de Kubah

Rana posando

Rana posando

 

 

 

 

 

 

Dónde están los gatos?

Para quienes no lo sepan, la palabra “Kuching” en malayo e indonesio significa GATO. Uno de los ‘atractivos’ que nos llamaba la atención de esta ciudad era la supuesta masa de gatos callejeros que nos podríamos encontrar, al estilo la isla Aoshima en Japón. Como ‘locos-de-los-gatos’ que somos, nos hacía mucha gracia encontrarnos manadas de gatos gobernando las calles de la ciudad. Pero, ¡qué desilusión nos llevamos! Los únicos gatos que vimos fueron las estatuas que hay en las calles y el museo de dichos felinos. Allí es donde se encuentran todo los gatos, probablemente, de la ciudad, en forma de pinturas, peluches, fotografías, figuritas de porcelana, madera, hierro… Acabas con tal sobredosis de gatos que  agradeces no haber pagado nada por la entrada.

Gatos de hojalata gobernando la ciudad

Gatos de hojalata gobernando la ciudad

Entrada al Museo de los Gatos

Entrada al Museo de los Gatos

Kuching, por fin

La ciudad está plagada de museos, todos ellos gratuitos. El Museo de Sarawak es muy interesante y en él se puede aprender acerca de las etnias originarias de la región, como la etnia Iban, mayoritaria y de religión cristiana. Son conocidos por vivir familias enteras, aunque hoy en día ya no tanto, en largas casas de madera. Con lenguaje propio, ceremonias de iniciación y de celebración originales, y juegos compartidos con las demás etnias, los Iban han ido desapareciendo y haciéndose al ‘mundo moderno’ desde que Borneo pasara a formar parte de Malasia. Los jóvenes se fueron de sus largas casas a vivir y trabajar a la ciudad, y otros fueron “reintegrados a la civilización” gracias al gobierno malayo (nótese el tono sarcástico).

Aún así, las etnias de la región de Sarawak presumen de ser bien ricas en costumbres y culturas, y es por eso que muchos turistas curiosos se acercan a antiguos pueblos en los que conservan, de una manera más moderna, la esencia étnica.

Arte Iban

Arte Iban

Instrumentos de la etnia Iban, este se llama Sapé

Instrumentos de la etnia Iban, este se llama Sapé

El Edificio Administrativo de noche

El edificio administrativo de Kuching de noche

Burbujas en Kuching

Burbujas en Kuching


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