Sabah, la parte oeste de Borneo 3


La parte oeste de Borneo es una de las más famosas en las guías turísticas porque en ella se puede subir al monte Kinabalu (uno de los más altos del Sudeste Asiático, con 4096m), visitar las cuevas Mulu, ir al parque nacional de Sandakan o visitar a los gorilas. Lo malo de todas estas cosas es que el precio de todas ellas es muy elevado y por tanto toca escoger bien, tener dinero o limitarse a descubrir otros sitios.

Miri

Íbamos a Miri porque quedaba cerca de las cuevas Niah, así que este sería nuestro destino intermedio entre Kuching y Kota Kinabalu para no hacer un viaje tan extremadamente largo. Habíamos visto además un folleto del gobierno Malayo en el que vendía maravillosamente el fondo marino de esta ciudad, así que por qué no comprobarlo. Antes de llegar nos encontramos con la sorpresa de que un miembro de la plataforma Couchsurfing nos dijo que Miri no es buen lugar para bucear, que es mucho mejor Kota Kinabalu. Aún así decidimos ir, estábamos en Kuching, al sur, y podía ser que no supiesen qué hay en Miri (al norte de Sarawak).

Al llegar a Miri un hombre nos llevó en su coche desde la estación de autobuses al pueblo y por el camino volvió a salir el tema del buceo. Nos dijo que no valía la pena en Miri y añadió que las cuevas Niah no eran gran cosa, que lo que debíamos hacer era ir a Mulu (a las cuales solo es posible acceder con avión privado, ya que no existe carretera). Nuestro último intento fue en la única escuela de buceo de la ciudad, ni siquiera el que nos atendió parecía muy convencido de que pudiesemos ver algo interesante y al preguntar por las cuevas nos volvieron a repetir lo mismo que el hombre que nos había llevado: nada impresionante.

La playa de Miri, de la que todo el mundo hablaba maravillas nos decepcionó muchísimo, tanto que incluso subímos algun vídeo que también os dejamos aquí. Con la sensación, tremendamente decepcionante de que nos habíamos equivocado con Miri, nos marchamos al día siguiente hacia Kota Kinabalu. El camino hasta esta ciudad fue un largo trayecto atravesando Brunei, que os explicaremos en próximos post.

Kota Kinabalu

Cerca de esta ciudad teníamos intención de hacer un voluntariado y llegábamos algunos días antes por lo que aprovecharíamos para descubrir la ciudad. Descubrimos que era una ciudad bastante aburrida en la que los principales atractivos son las islas a las que los barcos llevan a los turistas, los parques nacionales de alrededor y los centros comerciales.

Del buceo en Kota Kinabalu sí que nos habían hablado bien, así que decidimos probar para llevarnos un nuevo chasco. Al menos vimos las islas donde llevan a los turistas y nos quedamos tranquilos de no haber pagado sabiendo que no valían la pena. El fondo marino de Kota Kinabalu está prácticamente entero destruido, la visibilidad es de entre 2 y 5 metros y ver peces es algo muy, muy complicado, aunque hay que reconocer que en los 3 buceos que hicimos (el pack de un día de buceo) vimos dos tortugas. Aún así salimos del agua lamentándonos de como han cuidado una zona que podría ser un paraíso. Por si fuese poco, la zona con el coral más sano está acordonada por una empresa que ha montado un paseo submarino. Con un casco con reservas de aire, puedes pasearte por unas calles de cemento submarino entre el coral. A nuestro parecer una auténtica aberración.

Foto de nuestro amigo Google

Foto de nuestro amigo Google

Como no queríamos ir a ver a los oranguntanes en jaulas ni en lugares en los que los alimentan a determinadas horas para regocijo de los turistas, nuestros días en Kota Kinabalu se hicieron muy largos. Lo bueno es que aprovechamos para ir a ver la película japonesa “The boy and the beast” a un cine donde hacían un festival de cine japonés para promocionar el país.

En el festival de cine Japonés

En el festival de cine Japonés

Un voluntariado muy largo

Esta vez íbamos a hacer e hicimos un voluntariado de 10 días con una pareja, ella de Canadá y él de Alemania, que tenía un terreno en el que intentaban desarrollar una vida autosuficiente. El voluntariado, como tantos otros, era a cambio de alojamiento y comida. Lo malo es que a esta pareja hacía poco se les había quemado la casa con todo lo que había en ella. Nuestra tarea, entre otras, fue ayudarles a limpiar los escombros para poder empezar a construir de nuevo. No hubo ningún problema por esta parte, aunque se trataba de trabajo duro, era gratificante poder ver como avanzaban las cosas y ayudar a una pareja que está pasando por una situación tan difícil.

La casa cuando se empezaban a ver los resultados de la limpieza

La casa cuando se empezaban a ver los resultados de la limpieza

Lo que hizo largo el voluntariado fue que pasamos momentos algo incómodos con la pareja porque eran un poco difíciles de tratar. Muy estrictos y con poca paciencia, aunque hay que decir que en los últimos días la mujer terminó siendo muy maja, mientras que el hombre fue cada vez hablando menos y ausentándose más en las conversaciones post-cena/comida. En cualquier caso se nos hizo muy largo en algunos momentos aunque nos alegramos de haberles podido ayudar. También tuvimos el apoyo moral de un extraño pavo, el animal, que nos seguía allí donde íbamos y se sentaba a nuestro lado para que lo tocasemos o simplemente a mirarnos mientras trabajábamos.

Pavo y perro haciendonos compañia

Pavo y perro haciendonos compañia

Por qué no ir a ver a los Orangutanes?

Los orangutanes en Borneo están en su mayoría en reservas y centros de reinserción en los que se les alimenta a determinadas horas que es cuando los turistas pueden pagar para ir a verlos. Estos orangutanes (orang significa hombre en Malayo e Indonesio, y utan significa selva, así que el nombre significa literalmente hombre de la selva o del bosque) están en estas reservas porque han sido heridos por los cazadores, vendidos como mascotas cuando eran pequeños o desplazados de su hábitat natural debido a las plantaciones de caucho y aceite de palma. Todos errores humanos. Ahora la “increíble labor” de estos centros es reinsertarlos a su hábitat natural. Los turistas podemos pagar para ver como los Orangutanes que todavía están en reinserción acuden a los comederos o podemos ir a los centros donde todavía están en jaulas y apoyar esta magnífica labor que hacen. Nosotros la ponemos en duda. No del todo, pero si que haya una reinserción real. Hemos leído en los periódicos locales como celebraban que el orangután X siga volviendo a uno de los comederos a por comida después de 8 años de que se le liberase. Eso no es reinserción. O el hábitat en el que se los reinserta no es el adecuado o los métodos no son los adecuados. El problema, del que hemos oído varias veces, es que los orangutanes no dejan de ir nunca a las plataformas de alimentación.

Con el voluntariado acaban nuestros días en la región de Sabah y seguramente por la elección de los sitios o por negar la principal atracción turística que es ir a ver los Orangutanes, Borneo malayo nos ha dejado un poco de mal sabor de boca.


Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

3 ideas sobre “Sabah, la parte oeste de Borneo