Tokio, la capital del deseado Japón 2


Japón siempre ha sido uno de esos lugares a los que hemos deseado ir especialmente, uno de esos lugares de los que has oído hablar tanto que quieres verlo con tus propios ojos. Sin embargo, no estaba en nuestros planes iniciales porque es un país muy caro. Pese a eso, terminó colándose en nuestros planes casi por casualidad. Buscando vuelos para salir de China a cualquier lugar del mundo, cuando aplicábamos para la visa encontramos una vuelo muy barato desde Hong Kong hasta Tokyo, así que cambiamos de planes y Japón pasó a estar en la lista.

Entrada a un restaurante japonés

Entrada de un restaurante japonés

Llegábamos al país con las expectativas muy altas y algo nerviosos porque esperar tanto de un lugar nos había llevado a pequeñas decepciones en otros momentos del viaje, pero en los días que pasamos en Tokyo vimos que esta vez no sería el caso.

La influencia que hemos recibido de Japón es enorme, desde los dibujos que veíamos de pequeños, o no tan pequeños, hasta los videojuegos, juegos de mesa, tecnología o la comida que estuvo muy de moda durante una temporada. Tokyo es tal y como nos ha llegado: una ciudad ajetreada donde la gente va de casa (cuando la tiene) a la oficina, de la oficina al bar con los compañeros de trabajo y del bar a casa. En algunos momentos de los que pasas en la ciudad incluso llegas a preguntarte si fue antes el anime (animación japonesa) o la realidad, porque muchas situaciones, la manera de vestir o el peinado de algunas personas no desentonaría en estos animes.

Dependienta de una tienda de chuches

Dependienta de una tienda de chuches

Caminando por Tokyo

Tokyo es una ciudad enorme pero muy bien comunicada gracias a su red de metro. Además encontramos una maravillosa aplicación para el móvil (Tokyosubway) en la que seleccionas una atracción turística de la ciudad y te monta la ruta en metro con precio y todo. Así pues usamos el metro, pero tambiém caminamos muchísimo.

Entre paseo y paseo nos sorprendió descubrir que en las calles de la capital de Japón apenas hay coches, en algunas calles incluso pudimos pararnos en un paso elevado y esperar un par de minutos sin ver pasar un sólo coche. El transporte público funciona bien y a la gente no le importa caminar así que nos sorprendió bastante ver la poca cantidad de coches que hay.

Calle desierta en medio de Tokyo

Otra de las cosas que sorprende es que lejos de los grandes carteles luminosos de Akihabara o Ikebukuro, de la ruidosa Takeshita Street o de las pantallas gigantes de Shibuya las calles están casi vacias también de personas. Grandes edificios impersonales se combinan con pequeños templos, que parecen escondidos entre los rascacielos, y que se mezclan con una gran cantidad de pequeñas zonas verdes donde puedes ver a los trabajadores comiendo, a los estudiantes descansando o a la gente fumando de cara a la pared para no molestar al resto de peatones.

Paseando con los niños en el carrito

Paseando con los niños en el carrito

Un lugar magnífico para hacerse una idea de lo enorme que es esta ciudad es el edificio del gobierno del area metropolitana de Tokyo. En la planta 54 hay un mirador al que se puede acceder gratuitamente y que tiene unas vistas asombrosas. Si además tienes tiempo, ofrecen tours guiados gratuitos para entender un poco más como funciona la división del territorio en Japón y porque al ir andando por las calles te encuentras carteles que te dan la bienvenida a tal o cual ciudad.

Vistas desde la torre del gobierno

Vistas desde la torre del gobierno

Pese al frio vale la pena pasear por los parques o por las calles de Tokyo y encontrate algún pequeño templo, un partido de béisbol, un payaso polifacético que hace música con latas recicladas o simplemente una calle tan vacía que se podría grabar una película de zombies.

Un templo en una calle cualquiera

Un templo en una calle cualquiera

Akihabara

En Tokyo hay lugar para todos y para todos los gustos y si algun lugar es prueba de ello ese es Akihabara. En este barrio se puede encontrar prácticamente de todo: desde la tienda más típica de souvenirs hasta el sex Shop más grande de Japón.

Las calles de Akihabara están llenas de carteles luminosos, de edificios enteros dedicados a máquinas recreativas, salas de pachinko (salas de apuestas), salas de máquinas ufo (estas que metes una moneda y tratas de capturar un premio con unas pinzas), tiendas de animes, mangas, figuras, cartas, etc. No encontramos aquí la mejor de las tiendas dedicadas a las figuras, el manga o el anime, pero tampoco pudimos visitarlas todas. Además de todo esto también es posible encontrar los ‘Cat Café’ (cafés de gatos) pero también de búhos o de monos.

Luces en las calles de akihabara

Luces en las calles de Akihabara

Si tus gustos van por los juegos, el manga, el anime, las apuestas o la tecnología estás cubierto, pero Akihabara no se acaba ahí. También es posible encontrar los ‘Maid Café’ o los ‘Buttler Café’, lugares donde hombres o mujeres serán atendidos por personajes del sexo contrario para vivir durante unos instantes una auténtica fantasía. Por la calle chicas vestidas como muñecas, colegialas o militares te ofrecen ir a uno de estos lugares. No os penséis nada raro, aquí el sexo no tiene nada que ver, simplemente se trata de hombres guapos que tratan a las mujeres como princesas mientras toman un té en un salón victoriano o bonitas chicas vestidas como en los mangas que le dicen al hombre todas las bondades que nadie más es capaz de ver mientras toma algo.

Sala de apuestas y pachinko

Sala de apuestas y pachinko

Se le suma a todo esto la poderosa industria del sexo japonés y algunas cosas más y se tiene el barrio de Akihabara. Entramos a la torre M, una torre de 7 plantas dedicadas sólo al sexo. A parte de que estaba abarrotada y de que el sexo o la pornografía no es un tabú, cosa que nos quedó clara en muchas de las tiendas de mangas que visitamos, corroboramos que Akihabra cubre todas las fantasías que uno pueda tener, porque es posible encontrar desde el más normal de los preservativos o vibradores hasta jabón con olor a semen de ángel (signifique eso lo que signifique).

Más carteles de akihabara

Más carteles de Akihabara

El famoso cruce de Shibuya

De alguna manera el cruce de Shibuya se ha convertido en famoso por ser uno de los más transitados del mundo. No se trata sólo del cruce en sí, sino de toda el área a su alrededor. Shibuya es zona de tiendas y está abarrotada de gente. Además es una estación central para todo el transporte púbico de la ciudad. Nosotros fuimos dos veces, no porque sea espectacular, aunque impresiona bastante, sino por conveniencia. Curiosamente las dos veces que estuvimos allí nos topamos con la televisión.

Entrevistado por la tele

Entrevistado por la tele

Estabamos haciendo un time-lapse del cruce, el que tenéis más abajo, cuando nos dimos cuenta de que nos estaban grabando, así que cuando terminamos la toma fuimos a enseñársela al que nos grababa y resultó ser de un programa matinal. Nos hicieron una pequeña entrevista y grabaron el time-lapse que habíamos tomado. Nos los volvimos a encontrar al día siguiente y repetimos entrevista con la curiosidad de la tele por saber por qué habíamos vuelto al paso, así que igual nos veis en la televisión japonesa!

Takeshita Street

Desde Shibuya, Takeshita Street queda a tiro de piedra y es el lugar donde, si consigues abrirte paso entre la gente, puedes descubrir tiendas Kawaii (de cosas monas y todo de color de rosa), hombres y mujeres vestidos de las más extrañas maneras y una cosa que nos hizo mucha gracia: los Purikura. Son tiendas llenas de fotomatones donde adolescentes y parejitas hacen cola para tomarse fotos. Pero no son los cutre fotomatones que tenemos en España, son auténticas virguerías tecnológicas. Puedes cambiar el fondo, aclararte la piel, quitarte las patas de gallo, las ojeras, hacerte más grandes y más redondos los ojos, maquillarte, cambiarte el color del pelo. En resumen, casi puedes convertirte en otra persona mucho más Kawaii (cuqui).

Maquina en un Purikura

Máquina en un Purikura

A esto hay que sumarle las casi omnipresentes tiendas de cómics, figuras y otras no tan ortodoxas donde puedes encontrar ropa si tienes algunos gustos más peculiares: desde trajes victorianos hasta disfraces de príncipe de las tinieblas. Quizás la que más nos llamó la atención fue una a la que entramos por curiosidad que no tenía ningún cartel y que se encontraba en un sótano y resultó ser una mezcla entre tienda de manga y anime, música, karaoke, tienda de cartas y tienda X.

Tienda Kawaii de Takeshita

Tienda Kawaii de Takeshita

Cultura milenaria

No todo son tiendas ni rascacielos en Tokyo, entre todo esto es posible encontrar los restos de una cultura milenaria. No sólo en los lugares indicados en los mapas y especialmente preservados si no prácticamente en cada rincón. Los templos aparecen tímidamente entre los rascacielos o las casas, prácticamente en cada una de las calles que recorrimos de Tokyo. Además hay multitud de parques donde el ajetreo de la ciudad desaparece y donde las pequeñas lámparas de piedra o los pequeños templos te transportan más cerca de esa cultura ancestral que ha llegado a nuestros oídos.

Un templo en un parque

Un templo en un parque

En la primera visita a Senso-ji, uno de los templos más antiguos de Tokyo, ya nos quedamos boquiabiertos, no sólo por el templo sino por la gran afluencia de gente con Kimono que acude al templo. No esperábamos encontrar esta mezcla de una manera tan natural y con tan poco esfuerzo. Los parques, igual que los templos fueron una constante en nuestra visita a Tokyo y disfrutamos especialmente de nuestra visita al parque de Meiji en el que la suerte quiso que experimentásemos la cultura milenaria de Japón.

Boda en el parque Meiji

Boda en el parque Meiji

El parque en sí mismo con los colores del otoño y su templo en el centro ya es precioso, pero además tuvimos la suerte de encontrarnos con una boda tradicional que empezaba justo cuando nosotros entrábamos a visitarlo. Los vestidos, los rituales, todo, parecía sacado de otra época, algo muy bonito de ver. Tuvimos también la suerte de presenciar una clase de tiro con arco en el Dojo (gimnasio) que hay en el parque. Fue desde fuera del Dojo, por supuesto, sólo los miembros pueden entrar, pero fue un espectáculo de ritual y estética que tenía más bien poco que ver con el tiro con arco.

Tiro con arco en un Dojo

Tiro con arco en un Dojo

Ikebukuro

Si hay una zona todavía más extraña que Akihabara en Tokyo esa debe ser Ikebukuro. Fuimos por la noche para descubrir carteles luminosos y un ambiente muy activo de gente que iba a cenar, a tomar algo con los compañeros de trabajo o a disfrutar de algunas de las diversiones que ofrece este barrio como limpieza de orejas hecha por muchachas vestidas de colegialas, centros de masaje, locales donde puedes dormir y sólo dormir en el regazo de tu personaje de anime favorito o las cuevas de las que ya habíamos oído hablar y donde puedes disfrutar no sólo de DVD’s e intimidad, sino también de ducha, microondas y en una de las que vimos incluso de lavadora.

Café

Café con búhos y gatos

Nosotros pasamos de todo esto y nos conformamos con un espectáculo de danza que hacían en la calle y que nos quedamos a ver pese al frío. Después de las danzas del Sudeste Asiático en las que apenas se mueve algo más que las manos, las danzas japonesas fueron todo un espectáculo.

Bailando en Ikebukuro

Bailando en Ikebukuro

Un día de nieve

Nuestro último día en Tokyo se despertó con nieve y no paró de nevar/llover en todo el día. Lo que al principio parecía un idílico día en el que podríamos pasear bajo la nieve, se convirtió en un incordio de día en el que teníamos que pasear bajo la nieve. Pese al mal tiempo era nuestro último día en Tokyo y todavía queríamos visitar algunas cosas, así que nos abrigamos bien y después de dejar las mochilas en una consigna de la estación de tren fuimos a ver el palacio imperial, o más bien dicho sus jardines. Terminamos empapados y frios así que en un pequeño cambio de planes la siguiente parada fue el museo del sumo y tras una decepcionante visita, pues esperábamos mucha más información, terminamos tomando algo en un lugar calentito mientras la lluvía, aguanieve o nieve insistían en seguir cayendo. No fue un mal día, pero fue definitivamente muy frio y agradecimos muchísimo la sopita caliente que nos tomamos antes de subir al bus.

Saltando bajo la nieve

Saltando bajo la nieve


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2 ideas sobre “Tokio, la capital del deseado Japón

  • Luis

    Realmente dan ganas de visitar Japón. Una sociedad compleja de obra y pensamiento, veo que habeís sabido ver los contrastes que son muchos y uno los siente en las fotos y en las descripciones.

  • Maria José

    Los japoneses por lo visto son gente rara, aunque conservan muy bien sus tradiciones.
    Los colores otoñales se ven preciosos.
    Lo que no entiendo es lo que poneis de qué hay gente qué no tienen casa, no parece un país pobre