A Bako National Park se va a ver animales 6


Bako National Park está en la província de Sarawak, en la parte Malaya de Borneo, así que aprovechamos que estábamos en Kuching para ir a hacer una visita. Dejamos nuestras cosas en el hotel con la promesa de que volveríamos en un par de días y nos fuimos a tratar de ver animales. A diferencia de otros parques naturales de Borneo, Bako no es una reserva, así que los animales están en libertad y no se les alimenta. Verlos depende de la suerte que tengas, aunque claro, el parque natural es tan ridículamente pequeño que es difícil no ver nada.

Entrada al parque natural

Entrada al parque natural

Llegamos al parque en autobús desde el centro de Kuching y ya teníamos hecha la reserva para dormir en el parque, de esta manera aumentaban nuestras posibilidades de ver bichos. Nos llevamos una buena sorpresa al descubrir que no sólo hay que pagar los 20 Ringgits por persona de la entrada, sino que además hay que pagar las barcas para llegar al parque. Pagamos 40R por persona por la barca y tras las advertencias de que no nos podíamos bañar en ninguna playa del parque, pues hay cocodrilos, nos dirigimos hacia Bako.

Planta carnívora en nuestro primer trekking

Planta carnívora en nuestro primer trekking

Trekkings y animales

La zona donde te deja la barca es una especie de complejo donde hay un restaurante y varias cabañas donde pasar la noche, de calidad variable según se quiera pagar. Al registrarnos nos dijeron que nuestra habitación todavía no estaba lista, así que como no íbamos muy cargados decidimos hacer una caminata antes de ver “nuestros aposentos”. La primera que hicimos nos llevó hasta un acantilado increible y una playa justo debajo. El camino fue duro porque habíamos empezado tarde, el sol picaba con mucha fuerza y la sombra brillaba por su ausencia. Aún y lo duro del camino, mereció la pena. No sólo por las vistas y las plantas carnívoras que nos encontramos, sino porque en el camino de vuelta se nos cruzó un jabalí barbudo. No sabemos si se asustó más él o nosotros, pero nos hizo mucha ilusión.

Roser mirando la playa desde el acantilado

Roser mirando la playa desde el acantilado

Por si fuera poco, más adelante nos encontramos por primera vez con los monos proboscis. Unos monos muy graciosos con una gran nariz naranja. Tuvimos la suerte de poder estar muy cerca de ellos porque abandonaban la playa para ir a los manglares, suponemos que a por algo de sombra. También tuvimos suerte que al volver la marea se había retirado y no quedaba nadie en la playa. Lo malo de volver tan tarde es que nos encontramos con que ya no servían comida en el restaurante. No sabemos qué cara se nos debió quedar porque el dueño nos dijo que nos prepararía un arroz con un par de huevos fritos y que nos lo dejaría al precio del arroz normal. Toda una suerte porque llegábamos agotados.

Uno de los primeros proboscis que vimos

Uno de los primeros proboscis que vimos, a distancia real

En la negra jungla

Por la tarde coincidimos con unos chicos que habíamos conocido haciendo couchsurfing en Kuching e hicimos una corta caminata (de 700m) para ver una increíble puesta de sol en la playa, además de ver de nuevo a los monos proboscis. Esta vez, sin embargo, estaban en las copas de los árboles, muy lejos de nosotros. Ver la puesta de sol y quedarse a disfrutar de los colores del anochecer siginifica que luego hay que andar de noche por la selva, así que nos armamos con la linterna del teléfono móvil y empezamos el camino, que por suerte era bastante corto y estaba en su mayor parte cubierto por una pasarela. La mala suerte es que las cosas no se ven igual de noche que de día y en un desvió nos equivocamos de camino. Por suerte no tardamos mucho en darnos cuenta y pudimos recuperar el camino antes de que fuese demasiado tarde y con todavía un 18% de batería en el móvil.

Por esto volvímos de noche

Por esto volvimos de noche

Una mañana productiva

Al día siguiente nos levantamos temprano para tener ocasión de ver a los monos proboscis de nuevo e hicimos otra pequeña caminata (de 800m). A medio camino fuimos atacados por macacos que consideraron que entrábamos en su territorio y se empeñaron en tirarnos frutas desde las copas de los árboles, hasta que dejamos atrás su zona. El camino nos llevó a otra playa donde estábamos solos y pudimos ver de muy cerca a los monos narigudos. Al acercarnos debimos hacer demasiado ruido, porque huyeron todos excepto uno, el más grande, que se quedó tranquilamente comiendo en los manglares mientras lo mirábamos y paseábamos por la playa. Al ser tan pronto todavía, no había gente ni ruido así que pudimos ver algunos pájaros y lagartos, además de los monos. Tras el desayuno tuvimos la suerte de ver un animal que todavía no habíamos tenido la ocasión de ver: nna víbora verde, una serpiente.

La playa entera para nosotros

La playa entera para nosotros

La desgracia de Sarawak

En el desayuno del segundo día nos sorprendió ver como unos cuantos encargados del parque cortaban los árboles delante de la terraza del restaurante. ¿Cortar árboles en un parque natural? Al preguntar nos dijeron que era para tener buenas vistas. Nos sorprendió mucho, aunque no tanto después de haber visto la basura acumulándose en algunos lugares del parque natural, como una de las playas que habíamos visitado el primer día, donde las botellas de plástico se amontonaban por cientos. Por la noche, uno de los guías del parque que compartía habitación con nosotros, arrojó algo de luz al asunto. Todos los parques naturales de Sarawak son privados, los gestiona una empresa. Es por eso que las entradas son más altas que en el resto del país y es por eso que mantenerlos y cuidarlos no les importa tanto. Ellos se han quejado muchas veces, pero son Malayos y la administración del parque se niega a hacerles caso. Así que pusimos también nosotros una queja con la esperanza de que se tomen el mantenimiento de uno de los pocos trozos de selva que todavía quedan en Borneo más en serio.

Regalo de despedida de Bako

Regalo de despedida de Bako, la víbora verde

 

Mono Proboscis casi posando para la camara

Mono proboscis casi posando para nosotros, se quedó un buen rato plantado


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6 ideas sobre “A Bako National Park se va a ver animales

    • Roser y Dani Autor

      Hola Martí, ara mateix ens trobem a Tailandia, però en uns dies volarem a Hong Kong. Efectivament, vam desistir de la Xina per no poder aplicar correctament. És una història complicada. Així que de moment tenim Hong Kong, Japó i Corea com a properes destinacions 🙂 Petons

  • Luis

    En realidad creo que estos paises son verdaderas reservas naturales y no son conscientes, o si lo son no tienen demasiado interés para ello. La economía del dinero inmediato y sin costes se lo traga todo. Lástima que no tengan una visión más razonable siquiera sea a corto plazo.