Kinpun, la piedra a punto de caer 3


Esta fue la segunda vez que el bus nos dejaba tirados en mitad de la carretera. Por cabezonería no quisimos coger una moto-taxi y decidimos que iríamos caminando los 10 km siguientes. Muchos fueron los que nos iban parando por el camino con expresión de “qué hacen estos locos!” y a continuación nos pedían cifras desorbitantes. Todos menos uno, un abuelito entrañable con un camión de dudosa seguridad, que decidió llevarnos de gratis y sin haberlo pedido. Ese fue nuestro primer, y hasta la fecha, único autoestop en Myanmar.

En Kinpun nos esperaba uno de los símbolos budistas más importantes para los birmanos: el monte Kyaikto o más conocido como la Golden Rock para los extranjeros. El pueblo en sí no tiene nada y está enfocado únicamente al turismo: restaurantes, tiendas de souvenirs y 3 hoteles.

Nuestro amigo que nos salvó del sofocante calor de Kinpun

Nuestro amigo que nos salvó del sofocante calor de Kinpun

Trekking hacia la roca

Para ir hacia la Golden Rock la opción más habitual es la de coger un camión que te lleva hasta la cima y que cuesta 2500 kyats por persona. Como queríamos evitar pagar y echábamos de menos caminar durante 20 km decidimos hacer el trekking que pocos valientes se deciden a hacer. Para ellos salimos a las 6 de la mañana y tardamos 4 horas en subir. Teníamos la vaga esperanza de poder el ver monte sin tener que pagar la entrada (6000 kyats) aunque fuera de lejos, pero lo tienen bien montado para que no puedas apreciarlo desde la distancia. Durante el trekking nos encontramos con gente amable y encantadora que vive en casitas de bambú o madera y que viven de los souvenirs y comida que venden.

Camino hacia la Golden Rock recién levantados

Camino hacia la Golden Rock recién levantados

Niños durante el trekking

Niños durante el trekking

La roca que se sostiene por un pelo de Buda

Esa es la leyenda que convierte esta gran roca dorada en lugar de peregrinación para la gente de Myanmar. La verdad es que la roca en si resulta bastante curiosa porque si la miras del ángulo adecuado parece que esté a punto de caer. No sólo eso si no que además cientos de personas, quizás miles, se acercan a engancharle laminas de oro a la piedra en señal de veneración. A parte de ellos todos los alrededores de la piedra son una explanada asfaltada donde se dan cita vendedores de helados y otras chucherias. Aunque nos gustó la roca y disfrutamos de un rato de sombra bajo un árbol comunicándonos por sonrisas con unos locales, la roca no vale el precio que te cobran. Por suerte nos apañamos para pagar una sola entrada.

No sabemos si fue la historia de que no teníamos dinero, la de que habíamos hecho el trekking andando desde Kinpun o si fue nuestra cara de cansados, pero la verdad es que no se lo tuvimos ni que decir dos veces al guardia. Nos vendió dos entradas pero nos cobró solo una!

La tan esperada roca de oro

La tan esperada roca de oro

Cuidaao!

Cuidaao!

Sin cruzar palabra este muchacho plantó su tablet delante de Dani y se hizo un selfie!

Sin cruzar palabra este muchacho plantó su tablet delante de Dani y se hizo un selfie!

Qué les pasa a algunos kinpuneros?

Por algun motivo que desconocemos o simplemente porque ese día se alienaron los planetas, hubo 3 personas con las que tuvimos malas experiencias y que hicieron de nuestra estancia en Kinpun un poquito amarga. Para empezar, el dueño del hostal se negó a regatear de manera muy brusca y una vez instalados no quiso darnos la contraseña del wifi, con lo que tuvimos que pedírsela a uno de los huéspedes (?!)

Por la tarde al ir a tomar un té en una de las miles de casas de té (primera intentona de pedirlo en birmano fallida) nos trajeron dos cafés y les rectificamos amablemente la errata con lo cual nos retiraron los cafés para supuestamente cambiarlo por los tés que habiamos pedido. Estuvimos esperando unos 10 minutos, y nunca trajeron nada así que nos fuimos.

Por la noche al ir a cenar a uno de los restaurantes de la zona, una vez pedido y servido en la mesa los platos y con el primer trozo tocando la boca, la camarera nos anuncia repentinamente que el precio del plato ha subido 3 veces su precio original. De 500 kyats a 1500. Ya sabemos como está la borsa de mal y que los precios van y vienen!!

Alfinal estas cosas hay que tomárselas con humor porque uno puede acabar odiando el país por las pocas malas experiencias que tengas. Por suerte los birmanos son encantadores y siempre están dispuestos a ayudarte, simplemente creemos que en los últimos años están recibiendo mucho turismo y hay sectores que no saben cómo gestionarlo.

Chonline, juego nacional

Chonline, juego nacional


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