Vagando por Bago 6

Fundada hacia el 825 AC y capital de varios reinos, Bago (también conocida como Pegu) fue un punto clave e importante en su pasado. Ahora ya poco conserva de ese pasado glorioso. Bago en sí, es una ciudad polvorienta y no muy bonita. Una gran pagoda, un buda recostado y un templo con una pitón son las atracciones que más llaman a los curiosos que nos acercamos. En cambio nosotros pasamos un día vagando por sus calles. Su gran pagoda se llama Shemawadaw Paya y por lo que dicen no tiene nada que envidiarle a la más famosa del país, en Yangón. La de Bago se encontraba cubierta y en vías de restauración, aún así nos pedían pagar una entrada de 10$, y sino nos invitaban “amablemente” a salir.

Pagoda en obras

A parte de pasear por sus calles y mercados fuimos al curioso Templo de la serpiente (Snake Temple). Una pagoda donde habita una enorme pitón a la que veneran pues la llaman la Buda Snake. Sea como sea al final no nos quedó muy claro porque la veneraban pero la serpiente era espectacular.

Super pitón buda

Bago también nos sorprendió bastante gratamente, se trata de una ciudad con una fuerte personalidad y muy curiosa. Tan pronto estás andando por una calle super moderna, bien asfalada y con tiendas de móbiles último modelo, como andas en calles de tierra entre cerdos y gallinas. Dos pasos atrás: ciudad moderna; dos pasos adelante: pueblo agrícola.

Bago ciudad

Bago rural

Salimos de la estación con el primer tren Birmano, en ordinary class. Es la clase más baja y la única diferencia con la clase más alta son los asientos: unos están acolchados y otros son una tabla de madera. Eso si, el precio es un tercio más barato que en primera clase (upper class). Independientemente del precio, bajar en segunda clase permite crearte una mejor idea de la cultura de cada lugar. Así que salímos de Bago en tren viajando en segunda clase hacia Yangón.

Los chicos de Bago