Kuala Lumpur: médicos, couchsurfing y un visado complicado 3


La gran metrópolis nos recibió algo agotados, después de 5 días haciendo exclusivamente autoestop y haber “dormido” en el aeropuerto de Palembang (Indonesia). A través de Couchsurfing contactamos con Noor, una malaya super amable que nos ofreció una de las habitaciones de su bonito piso. Una de nuestras tareas principales en KL era solicitar el visado para China, así que allí nos presentamos, a primera hora de la mañana, peinados y bien vestidos, pensando que sería un mero trámite más, pero con el miedo a enfrentarnos con el gigante asiático.
Nos encontramos con una larguísima cola en la que estuvimos esperando más de una hora. Dani comenzó a encontrarse muy mal (ya venía arrastrándolo desde el día anterior). En cuanto nos aceptaron los papeles y tuvimos nuestra fecha de recogida del esperado visado, llamamos al hospital.

Cola para aplicar el visado chino

Cola para aplicar el visado chino

Dani se encontraba realmente mal. Pensábamos que era un hotel de lujo, pero resultó ser el hospital más caro de KL. Le hicieron análisis de sangre para descartar que fuera dengue o malaria. En el primer intento de extracción de sangre, las enfermeras tuvieron la poca delicadeza de extraerle la sangre sin aguja, a través de una vía, aprentando en la herida hasta que sangrase. Las enfermeras al ver que no salía sangre, le preguntaban si había bebido agua. El pobre, que había estado con diarreas toda la noche, se estaba mareando. Algo tan bestia, que yo lo pasé fatal viéndolo e imaginaros Dani sintiéndolo. Finalmente le hicieron 3 análisis, y después de esperar 3 horas los resultados, todo salió bien. Era una gastronteritis. Todo se solucionaría con medicación y reposo durante una semana. Así que Noor, nuestra amfitriona, sólo me pudo disfrutar a mi (Roser). Después de 2 noches decidimos no molestarla más y nos “mudamos” a China Town.

Todos los medicamentos que se tuvo que tomar

Todos los medicamentos que se tuvo que tomar

Con nuestra gran amfitriona, Noor :)

Con nuestra gran amfritiona, Noor 🙂

Visitando KL

En la capital hay tantas cosas a visitar como tiempo dispongas. De lo primero que disfrutamos fue de la Fiesta de la Independencia, el 31 de agosto. El día que en Malasia logró, de manera pacífica, la independecia como colonia británica. Las calles se llenaron de vida, con desfiles militares desde primera hora de la mañana. Cuando llegamos a la Plaza de la Independencia (Merdeka Square) nos encontramos con centenares (literalmente) de adolescentes vestidos de rosa y turquesa en la pista, y otros de blanco en la gradas, bailando a coro las canciones que iban sonando. Realmente daban ganas de ser malayo. En la capital se notaba cierto patriotismo y orgullo por formar parte de este país tan multicultural. Más tarde descubriríamos que no en todas partes es así.
Fuimos descubriendo la ciduad paseándonos por el enorme parque situado a pocos kilómetros de la Plaza de la Independencia. Este parque engloba el Jardín Botánico, un planetarium, la estatua en honor a los soldados caídos y un parque de mariposas.

Nos perdíamos por las calle de China Town, que son una buena introducción al país, además de la pequenísima Little India, donde pudimos volver a disfrutar del sabor de la comida india por primera vez, desde hacia muchos meses.

Celebrando la independencia

Celebrando la independencia

El Museo de Historia de Malasia tenía una exposición especial sobre la independencia

El Museo de Historia de Malasia tenía una exposición especial sobre la independencia

Las famosas torres

Las torres son la sede la empresa petrolífera más importante del país: Petronas. Vimos las Petronas, el símbolo del país, almenos de la Malasia peninsular, desde todos los ángulos posibles e incluso a casi todas la horas del día. Nos parecieron fascinantes, preciosas iluminadas de noche y elegantes e imperiales de día.

Petronas de día

Petronas de día

 

 

 

Petronas de noche

 

 

 

Las cuevas Batu

Desde el centro de la ciudad se puede llegar en una hora a las cuevas. En las cuevas se encuentran varios templos hinduistas con decoraciones, como siempre, coloridas y llenas de figuras de dioses. Nos hacía gracia por haber salido en el programa Pekín Express. Allí la prueba consistía en contar el número de escaleras sin equivocarse. Una vez llegamos allí y saludamos al gran dios hindu, nos dispusimos a contar el número de escaleras, que fueron un total de 273, nada menos. El interior de la gran cueva es bonito, pero hay que tener cuidado con los monos ladrones.
Existen varias cuevas más, para una de ellas hay que pagar 5RM y para la otra de 30RM, en la segunda se pueden ver todo tipo de bichitos, y es necesario visitarla con guía y en grupos de 10 personas. No entramos a ninguna de las otras.

LA famosa estatua y escalinata

La famosa estatua y escalinata

Kuala Lumpur, a pesar de ser una gran ciudad, y a pesar de que no nos sentimos tan cómodos en grandes ciudades, nos hizo sentir muy bien. Encontrando espacios verdes, edificios modernos, multiculturalidad y una historia muy interesante. Además de estar muy bien comunicada por tren o bus.

Espera, qué pasa con China?

El día que fuimos a recoger el tan esperado visado, a la hora de pagar, nos dimos cuenta que no estábamos pagando lo que habíamos calculado, sino menos de la mitad. Qué pasaba? Cuando pasamos a la otra ventanilla, la de recogida de pasaportes, miramos rápidamente los nuevos sellos y no encontramos nada. Entra en escena el Pánico. Le preguntamos a la chica de ventanilla qué ocurría, y con la desgana de una persona que hace siempre la misma tarea, nos dice que la Embajada había rechazado nuestra solicitud de visado. Por qué? Supuestamente habíamos solicitado el visado para entrar a China demasiado pronto (1 mes y medio antes). En la web decía que podíamos solicitarlo entre 3 meses y 1 mes previos a la entrada del país. Qué sucedía? La mujer, con su desgana, nos dice que solicitemos el próximo mes.

Salimos de la oficina bastante desilusionados, pero sabiendo que hay veces que la Embajada rechaza las visas (a pesar de que cobren por el trámite) simplemente porque necesitan dinero. Rápidamente buscamos en internet dónde podemos encontrar otra oficina para aplicar. Encontramos una en Kuching. Genial! Allí ya teníamos previsto ir. Todo está resuelto, pues. O no.


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