La vida de Hoi An 4


Despedimos esos agradables días en Da Lat, con esa temperatura que tanto echábamos de menos, para dirigirnos a otra ciudad romántica de Vietnam: Hoi An. Su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ya que conserva la estética de los años de la colonización china, y ahora es conocida por sus farolillos y trajes hechos a medida.

Típicos farolillos de Hoi An

Típicos farolillos de Hoi An

Llegamos en bus nocturno, a las 5:30 de la mañana. Después de pasar una noche de los más incómoda, aun con las legañas en la cara e intentando ubicarte, al bajar del bus ya tienes a los moto-taxistas deseosos de llevarte donde les digas. La primera frase nada más bajar es “you have hotel”, “cheap cheap” intentas decirle amablemente al hombre que no necesitas de sus servicios. Una vez te has podido desprender, comienzas las búsqueda. Una mujer, delgada y con una actividad increíble a esa hora, sale con una sonrisa para ofrecerte su habitación. No nos convence, y seguimos buscando, durante más de 1 hora. Agotados decididimos volver a la mujer del principio y nos recibe con su gran sonrisa. La negociación es fácil y se presta a darnos la habitación más barata que tiene. Descubrimos que tiene 3 hijos y que uno de ellos es completamente dependiente, no puede caminar ni comer por si solo. Será víctima del agente naranja lanzando durante la guerra? No lo sabemos, ni osamos a preguntárselo. Ella nos ofrece sus servicios siempre con una gran sonrisa.

Posando en el autobus nocturno

Buscando la posición más cómoda en el autobús nocturno

Descubriendo Hoi An

Es ahora tan conocida que se ha pasado el límite de lo “auténtico” para convertirse en un decorado forzado, casi digno de la parte asiática de Port Aventura. Aun así, aunque creemos que han explotado demasiado el tirón de los farolillos y de los trajes hechos a medida, Hoi An tiene encanto y pasear entre sus calles fue una de las cosas que más hicimos estando allí.

Por supuesto que puedes hacer más cosas que pasear por sus calles. Los antiguos edificios, ahora convertidos en comercios, también son museos o antiguas salas de reuniones, pero para visitarlos has de pagar una entrada bastante alta.

La asamblea de Hoi An

La asamblea de Hoi An

Las noches de Hoi An

Hoi An se convierte por la noche. Las calles están a rebosar de gente deseando ver los farolillos encendidos, que crean una atmósfera muy ídilica, además en la calles hay altavoces con música que hace que creas que te encuentras en una película romanticona de domingo por la tarde. Al lado del famoso puente japonés se extiende una larga hilera de mesitas para comer sus platos típicos, el Cao Lau y el My Quang, de los cuáles se sienten muy orgullosos, y os hablaremos en nuestro post de Comiendo por Vietnam 😉

Calles iluminadas por los típicos farollilos

Calles iluminadas por los típicos farollilos

Puedes encontrar juegos para que la gente participe, en su mayoría vietnamitas porque los extranjeros no entendemos lo que dicen. Una especie de tómbola se representa cada noche, con canciones y apuestas, y al final el ganador obtiene un farolillo de regalo. A su lado, las mujeres desesperadas querrán que les compres velas envueltas en papel de colores para pedir un deseo y lanzar la vela al río, todo muy ecológico.

Espectaculo nocturno en las calles

Espectáculo nocturno en las calles

Al otro lado del río puedes encontrar más juegos, como romper la “piñata” que en ese caso se trata de un jarrón de cerámica. El ganador se llevará un bolsito con un dibujo típico de Vietnam. Más allá otros probarán de subir por una caña de bambú sin caerse o de lanzar aros para conseguir dicho objeto. Roser lo intentó, ¡pero falló!
También hay puestos de helados, colchonetas para los niños… Cada noche en Hoi An hay fiesta!

Paseo hasta la playa

Decidimos alejarnos del centro histórico y ver la cara real de la ciudad, cómo viven y dónde viven los vietnamitas hoianenses, qué suelen hacer… Tanto caminamos que sin darnos cuenta nos plantamos en la playa, a 6km del centro. El camino es agradable, entre campos de arroz, pero sin ninguna sombra en la que resguardarte del sol. La playa en sí no tiene nada de especial, a parte del acoso constante del “some drink?” a grito pelao o “sit here” refiriéndose a las hamacas.

Playa con las típicas barcas redondas

Playa con las típicas barcas redondas

Aunque algo artificial, Hoi An nos gustó mucho y nos sentimos muy agusto. Además encontramos la cerveza más barata hasta ahora, por 0,16€! Sí, sí! Obviamente no era la más buena, pero qué se puede pedir ;-P

¡A vuestra salud!

¡A vuestra salud!


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4 ideas sobre “La vida de Hoi An