Pobre Manila 2


La capital fue para nosotros una ciudad de paso entre vuelo y vuelo. Pocos se atreven a descubrirla y a ver una de las verdades del país en ella. Aunque no nos gustan especialmente las grandes ciudades, Manila hay que verla. En un principio ibamos a hacer como tantos otros, pasarla, no incluirla en la lista de deseos. Pero un vuelo demasiado caro nos hizo decidirnos a pasar 2 días y una noche en la caótica capital.

Manila tiene un tráfico desordenado y que parece no vaya a deshacerse nunca, la pobreza es la reina de las calles y el olor a alcantarilla no invita a pasear. A pesar de todo, Manila hay que descubrirla, aunque solo sea un pedacito.

Después de pasar una hora en el taxi desde el aeropuerto y estar aposentados en el hostal, decidimos lanzarnos a la calle. Teníamos a unos 30 minutos caminando la parte con la historia más cercana a nuestro país: intramuros. El caótico tráfico desaperece en intramuros y pum te chocas con la iglesia de San Agustin, declarada en 1993 Patrimonio de la UNESCO y con un convento en el mismo recinto. La calles empedradas y las placas con los nombres de dichas calles, recuerdan a cualquier barrio antiguo de un pueblecito de Andalucía.

Iglesia de San Agustín

Iglesia de San Agustín

Nos colamos en Casa Manila, sin saber muy bien qué era, y nos trasladamos automáticamente a un patio cordobés. Una fuente en medio del patio nos refrescaba del calor del mediodía, los jarrones decorando las paredes con plantas y grandes arcos con puertas de madera formaban lo que fue en su día la casa de unos colonos españoles.

Seguimos andando y nos encontramos con la Catedral de la ciudad, rodeada por el parlamento y varios edificios oficiales. Grande e imponente por fuera, por dentro se nos antoja algo más insípida. Intramuros no se acaba ahí, el fuerte de Santiago se encuentra al final y si tienes tiempo de sobras es muy recomendable pasarte por el museo que hay dentro del mismo fuerte, dedicado a José Rizal, el héroe nacional. Aquí pasó sus últimos días antes de que lo ejecutaran, por orden de los españoles, por supuesta sublevación.

Patio de Casa Manila

Patio de Casa Manila

Entrada al Fuerte Santiago

Entrada al Fuerte Santiago

Intramuros es sólo una mínuscula parte de lo que conforma esta ciudad con unos 16 millones habitantes. Es también una parte muy diferente del resto de la ciudad. Parece ser que Intramuros ha sido adaptado a los turistas: no hay tráfico, no hay gente pidiendo dinero y las calles son amplias y limpias. Al instante de salir de intramuros la realidad te golpea en la cara. Manila deja de ser un decorado para turistas, la pobreza es evidente en las calles, que ya no están tan limpias, hay gente pidiendo y el tráfico es caótico. Las desigualdades sociales son evidentes y muchos filipinos parecen preferir mirar hacia otro lado. Aún así, Manila hay que descubrirla.

Sellos y postales de José Rizal, el héroe nacional

Sellos y postales de José Rizal, el héroe nacional

Paseando por Intramuros

Paseando por Intramuros


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