Varsovia nos da la bienvenida 1


Polonia tenía que ser nuestro primer país Europeo porque nuestra primera intención era volver a casa haciendo el Interrail. Lo del Interrail quedó frustrado a causa de esas tasas ocultas que tienes que pagar para reservar los trenes. Al final, advertidos por una chica inglesa y después de comprobarlo en Internet vimos que las tasas serían un problema así que nos decidimos por volver poco a poco en autobús. Pese a eso Varsovia se quedó como nuestra primera parada.

Nuestra primera foto en Europa

Nuestra primera foto en Europa

Allí nos esperaba Marcin un excelente anfitrión que nos acogió en su casa el tiempo que estuvimos allí. Además, nos esperaba el frío. El primer día salimos preparados para el frío, pero ni de lejos preparados para los -7ºC que nos encontraríamos. Visitamos un poco Varsovia, una ciudad bonita y antigua (aunque reconstruída tras la II Guerra Mundial) pero el frío fue la principal constante de ese primer día en Varsovia. También cometimos el error de decidir comer en la calle: “al sol no hará frío”. Así que descubrimos de la peor manera posible que en Varsovia el sol de invierno no calienta.

Paseando de noche junto a un lago helado

Paseando de noche junto a un lago helado

Esa misma noche fuimos con nuestro anfitrión a cenar a un pub cercano a su casa y tras ver los coches congelados ya nos quedó claro que al día siguiente tendríamos que ir muchísimo más abrigados. Como no teníamos ropa de invierno tiramos de capas y más capas, pero a partir de entonces todo fue bien.

Luchando contra el frío

Luchando contra el frío

Al día siguiente hicimos un Free Walking Tour, un tour en que el precio es la voluntad de los participantes, por la ciudad antigua de Varsovia en el que aprendimos que la historia de este país y de esta ciudad se remonta a mucho antes de la II Guerra Mundial y que debido a su situación entre tres grandes imperios, Polonia como país no pudo nunca florecer. Quizás una de las cosas más impresionantes de Varsovia es ver los cuadros a partir de los que se hicieron las reconstrucciones y ver tanto la fidelidad del cuadro como la fidelidad de la reconstrucción.

Plaza del centro historico de Varsovia

Plaza del centro hisórico de Varsovia

También aprovechamos nuestra estancia en Varsovia para visitar el famoso barrio de Praga. Famoso porque es donde se grabó la película de El pianista y famoso porque a partir de los años 50 se ganó la peor fama de toda Varsovia. Allí reunieron a los criminales, toxicómanos y gente con pocos recursos, con lo que durante muchos años fue un barrio muy difícil. Desde hace más de una década se iniciaron procesos de revitalización de la zona. A día de hoy la cosa ha mejorado, pero aún cuesta desprenderse de según que lacras.

Un patio en el barrio de Praga

Un patio en el barrio de Praga

Coincidió también que nos encontramos con varias protestas en el tiempo que estuvimos allí debido, según nos contaron, a las derivas autoritarias de extrema derecha que está tomando el país. En cualquier caso, si de algo parecían estar convencidos los habitantes de Varsovia es que no querían un gobierno comunista, así que tendrán que encontrar el punto medio.

Monumento al levantamiento en el Gueto de Varsovia

Monumento al levantamiento en el Gueto de Varsovia (WWII)

Al final, disfrutamos mucho de nuestros días en Varsovia, pese al frío. La verdad es que es una ciudad con mucho encanto y muchas cosas que ofrecer. Además era nuestra primera ciudad Europea tras mucho tiempo. No es que las echáramos de menos, pero hay cosas, como el queso, que le llegan a cualquiera 😉

La barbacana de Varsovia

La barbacana de Varsovia


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