18 de Octubre. El inicio de la revolución Chilena 1


Santiago de Chile me acogió (a Roser) un 18 de septiembre. Antes de venir muchas personas me dijeron que el mes de septiembre era el más bonito. Por qué? Porque son Fiestas Patrias (fiestas nacionales) y varios festivos de Septiembre hacen que sea un mes alegre para los ciudadanos chilenos. Quién me iba a decir que un mes más tarde todo cambiaría? A día de hoy (26 de octubre) Chile se encuentra en estado de emergencia y, en concreto, Santiago se encuentra con toque de queda de las 22h a las 7h. Esta situación no ha hecho más que empezar y al parecer no se augura un final temprano.

Empecemos por el principio. Sebastián Piñera fue elegido presidente de la República de Chile en el año 2017, las elecciones en Chile nunca han tenido un alto porcentaje de participación y como ocurre en estas cosas de la política, una buena parte de la población no estaba satisfecha con el resultado.

Primer día de marchas
Primer día de marchas

Hace un mes, cuando llegué, los chilenos habían dejado el tema político en un segundo plano y queriendo disfrutar de las fiestas nacionales, al finalizar éstas se encontraron un “regalo”: se incrementó el precio del transporte público y esto enfureció a los chilenos. Desde el gobierno se prometió que no se volvería a incrementar. Los estudiantes, pues, fueron quienes tomaron el mando y desde el lunes 14 de septiembre iniciaron protestas y evasiones masivas en diferentes estaciones de metro de la Región Metropolitana de Santiago, dejándolas inhabilitadas, sin violencia. Organizados a través de las redes sociales, estos actos de protesta se fueron sucediendo hasta el viernes 18 y fue la tarde del viernes que se fueron cerrando de manera progresiva líneas de metro hasta que quedó toda la red de metro cerrada por completo.

La noche del viernes 18 fue crucial: las protestas llevaron a la quema del edifcio de la empresa eléctrica Enel, cuyo incendio, más tarde, se atribuyó a Carabineros de Chile sin tener total seguridad de ello. De repente, se extendieron los saqueos en varios supermercados y pequeños comercios de la avenida principal de Santiago, La Alameda. El viernes se podía protestar de forma pacífica en el barrio de Conchalí (donde yo vivía), con caceroladas desde las 20:30h hasta las 22h. No obstante, se decretó el Estado de Emergencia. Y eso qué significa? Nada menos que restricciones de las libertades de los ciudadanos chilenos: restricción en la locomoción y restricción de reuniones públicas durante, al menos 15 días. Finalmente se levantó una semana más tarde.

El sábado 19 no mejoró la situación, en todo caso empeoró y el domingo 20 no fue a mejor. Los medios de comunicación se posicionaron claramente para dar una visión de puro caos, visualizando únicamente el vandalismo, mientras había muchísimas personas manifestándose de forma pacífica en la calle. Aclaremos este punto: es cierto que existe ese vandalismo y que mucha gente se aprovecha de la situación, robando en tiendas para revenderlo en el mercado negro. Estos actos no representan a la mayoría de la población que se manifiesta de forma pacífica y se dan al finalizar las manifestaciones o en zonas aisladas. Tanto así que la tarde del domingo 20 presencié una situación penosa: adolescentes, familias y vecinos de barrios ajenos venían a saquear a la tienda de recambios de coche cercana a mi casa. Las calles estaban llenas de basura, la gente gritaba, corría, se les escapaban los artículos de las manos, una especie de euforia por ‘hackear’ el sistema se delataba en las sonrisas de la gente. Pasaron dos horas y no llegó ningún equipo de Carabineros a la zona. Estaban ocupados en otras zonas de Santiago? No daban a basto? O era una estrategia para sembrar el caos? Mis ojos no daban crédito.

La marcha más masiva. Más de 1 millón de personas. Viernes 25 de octubre
La marcha más masiva. Más de 1 millón de personas. Viernes 25 de octubre
Lunes 21: se inician las marchas, la rabia crece

 

Yo no quería ir a las marchas, no entendía lo que estaba pasando y no tenía suficiente información. Me dejé arrastrar por mi amiga y acabamos acorraladas frente al GAM (centro cultural Gabriela Mistral) por gases lacrimógenos. Era una protesta pacífica de ciudadanos que iban llegando en multitud, pero que Carabineros no dejaba avanzar hacia Plaza Italia (el núcleo de las manifestaciones en Santiago, lo que para los barceloneses sería Plaza Cataluña).

Caras tapadas, ojos llorosos, limones, agua con bicarbonato, heridos por balines… Era demasiado y era sólo el inicio. Aún así, mi admiración hacia el pueblo chileno fue creciendo. Eran capaces de seguir protestando pese a los lanzamientos de gases lacrimógenos o de disparos de agua con cañones. La rabia del pueblo se podía sentir en los cánticos de protesta. Y así se fue sucediendo todos los días de la semana. No falté a ninguna protesta. Los colegios habían suspendido las clases, los grandes comercios habían quedado inhabilitados, los horarios de oficina eran más flexibles, las noticias falsas corrían por doquier. Cortarán el agua? La luz? Habrá desabastecimiento? El precio del peso cambiará?

Por otro lado estaban los militares: una figura que no ha sido querida por el pueblo chileno, teniendo en cuenta que han estado bajo el yugo de una dictadura militar. No obstante, cuando sucedió el fuerte terremoto del 2010, los militares salieron a la calle para organizar a la sociedad civil. Pero ahora no estaban en la calle con esas intenciones. El miedo era la clave de todo este proceso.

 

Victor Jara, como simbolo de la lucha del pueblo
Victor Jara, como simbolo de la lucha del pueblo
El shock

Ante una crisis de tal magnitud se ha de ser positivo y sacar luz de esto. Muchas de la personas con las que hablaba me comentaban que veían esta revolución como la oportunidad de cambio que necesitaban, la oportunidad de conocerse, de estar unidos y de ayudarse. Gracias a los cacerolazos de barrio la gente empezó a conocerse, a saludarse, a presentarse y saber a qué se dedicaba el uno o el otro. De ahí surgió la necesidad de crear cabildos: pequeñas asambleas vecinales. Se trata de dar un espacio para expresarse, no sólo por lo que sucede a nivel nacional sino a nivel personal. Esta situación desgasta psicológicamente y es que muchas personas ya sufrían insomnio, bruxismo, irritación y otros síntomas de estrés traumático. Algunos pensaban que este estado de desgaste también formaba parte del plan del gobierno. Se habla, pues, de la Doctrina del Shock. El famoso libro y documental de la periodista Naomi Klein donde habla de los 5 pasos que se establecen en una situación de crisis como la vivida en Chile:

1. Impedir a la gente que se traslade: la tarde del viernes 18 el metro estaba cerrado y la gente tardó más de 3 horas en llegar a sus casas. Durante las próximas semanas ir a trabajar, para muchas personas, era una verdadera odisea.

2. Desabastecimiento: saqueo en los supermercados. Esto no fue detenido en muchas zonas de la región metropolitana sino que además fue aceptado por los propios Carabineros.

3. Destruir los cajeros automáticos y bancos. Provocó largas colas en los cajeros de las estaciones de metro o la imposibilidad de sacar dinero de ningún banco del centro de la ciudad.

4. Cortar la luz para desinformar a la población.

5. Cortar el agua. Al parecer nunca llegó a pasar.

 

Manifestantes en Santiago
Manifestantes en Santiago

Todas estas medidas se fueron sucediendo en mayor o menor grado y el propósito de estas era el de poner a la gente en contra de la propia gente y justificar así los actos violentos cometidos por el gobierno. Digámoslo claro:  el grupo de Carabineros de Chile ha ejercido un uso abusivo de la violencia, injustificado y ha violado los derechos humanos, actos que han sido cuestionados por la ONU.

 

Chile despertó

El cántico más popular de las protestas. Los chilenos consideran que estaban adormecidos en esta democracia que ha ido alternando de color político desde que acabó la dictadura. Podría decirse que nuestras historias, la española y la chilena, son muy similares. Víctimas de la dictadura, de una democracia que fue cambiando de color alternativamente y que sigue pagando sus consecuencias hoy en día. En el caso de Chile, durante la dictadura de Pinochet se instaló el sistema económico que domina el mundo: el capitalismo, y este se instauró de forma salvaje. De las manos de los estadounidenses, Chile fue el laboratorio del sistema neoliberal que hoy paga las consecuencias.

 

No son 30 pesos, son 30 años

Común leer esta frase durante las marchas “No son 30 pesos, son 30 años” y es así como lo sienten los chilenos. 30 años de represión y de mala gestión gubernamental. Necesitan romper con el pasado, dar lugar a un nuevo sistema menos individualista, más comunitario.

Pese a las medidas políticas propuestas por el gobierno de Sebastián Piñera, éstas no son suficientes. Es cierto que ha habido cambios y se ha pactado un plebiscito para el mes de Abril del presente año, pero también es cierto que después de 2 meses y medio los chilenos siguen en las calleso. Qué piden los chilenos? Piden cambios reales en el sistema, renuncia de cargos políticos, ayudas reales y dignas a los pensionistas, una sanidad accesible para todos, una educación gratuita y de calidad, la no privatización de recursos naturales tales como el agua o el carbón, entre otras demandas. Un cambio radical que está costando más de 200 ojos y más de 30 fallecidos.

Manifestantes en Santiago
Manifestantes en Santiago

 

 

 

 

 


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