Agra, ciudad de un monumento 5


Estando en Delhi decidimos ir a pasar un día a Agra la ciudad en la que está el Taj Mahal. Fuimos por la mañana en el primer tren, a las 6 de la mañana, y volvimos por la tarde en un tren que debía salir a las 17:50 y que acabo saliendo a las 19:30 y nos metió el miedo en el cuerpo por si una vez en Delhi podríamos o no coger el metro.

Taj Mahal y sus jardines

Taj Mahal y sus jardines

Como ciudad Agra nos decepcionó muchísimo. Las calles son sucias, a duras penas asfaltadas. El caos que existe en Delhi no desaparece y los pitidos son constantes. Se ve una ciudad muy pobre, incluso en las calles cercanas al Taj Mahal se pueden ver casas sin techo o gente durmiendo en la calle. Lo mejor de Agra, a parte de su monumento estrella: los monos. Hay muchos por la calle e incluso pudimos ver como uno se metía en una casa, robaba un bric de zumo y se lo bebía con la pajita. Sí, con la pajita!

Nosotros frent al Taj Mahal

Nosotros frente al Taj Mahal

A parte de eso es una ciudad que merece al menos 4 horas, no por la ciudad si no por el Taj Mahal. Lo has visto en mil fotos, en películas, en reportajes y quién sabe en cuántos sitios más, pero cuando llegas no puedes hacer otra cosa que sorprenderte. Vale la pena pasear por los jardines y pararse a hacerse algunas fotos y a observar el monumento desde los 4 costados. Además, igual que el Taj Mahal es una atracción turística para nosotros, nosotros parecemos ser la atracción turística para la gran mayoría de indios que hay por allí. Muchos se acercan a pedirte fotos, a estrecharte la mano o ambas cosas. Si a Roser no le pidieron 10 fotos no le pidieron ninguna. Las poses y la ilusión que les hace es contagiosa! Al menos las primeras veces, luego puede llegar a ser un poco pesado. Siempre puedes rechazar la propuesta de la foto, pero es cierto que sabe mal.

Roser posando para una foto con unos indios

Roser posando para una foto con unos indios

Dani fotografíado con unos 'amigos' indios en la mezquita del Taj Mahal

Dani fotografíado con unos “amigos” indios en la mezquita del Taj Mahal

Como anécdota, en el acceso te hacen un gran registro, quitándote todo tipo de comida. Nos quitaron unos caramelos y además la pila de la linterna que llevaba Roser, porque decían que podía explotar (y las baterías de los móviles o cámaras no…) Lo bueno del caso es que a la salida pudimos recuperar la pila!

Sentados frente al Taj Mahal

Sentados frente al Taj Mahal

Mezquita vista desde el sepulcro del Taj Mahal

Mezquita vista desde el sepulcro del Taj Mahal


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