La decadencia de Valparaíso


Cuando estuvimos en Malasia, visitamos la ciudad de Georgetown en la isla de Penang. Nos pareció un lugar con encanto que había sido algo más que calles bonitas y casas coloniales. Había sido una ciudad portuaria donde holandeses y portugueses pasaron durante décadas y ahora era un lugar de visita para el resto de viajeros del mundo. Tuvo una época de apogeo que hoy día se refleja en su bella arquitectura. Como lo llamó Roser, se trataba de una ‘decadencia new age’: una modernidad antigua. La misma sensación tuvimos en Valparaíso. Una ciudad de la que nos habían hablado maravillas y que nos decepcionó en las pocas horas que la visitamos. Pongámonos en contexto. Veníamos de La Serena y queríamos ir hacia el sur pero todos los autobuses pasaban de forma obligatoria por Santiago, algo que los chilenos llaman centralismo. Para que se hiciera más llevadero el viaje hacia el sur decidimos parar en Valparaíso. Salimos de La Serena a las 23 horas y llegamos a Valparaíso a las 6 de la mañana. Mientras esperábamos que se hiciera de día, estuvimos en la estación de autobuses, la misma que volveríamos a ver por la noche para tomar el bus hacia Pucón. Teníamos, pues, más de 12 horas para explorar la ciudad.

Al parecer no llegamos en el mejor momento. Los disturbios y las protestas estaban dejando una ciudad desolada, parecía que éstos habían sido mucho más duros que en Santiago. Paseamos por la ciudad sin gente hasta llegar a la ya típica Plaza de Armas que encontramos en todas las ciudades y pueblos de Chile. Siguiendo nuestro no-planing del viaje, quisimos saber qué podíamos hacer en Valparaíso y por eso buscamos en Google ‘qué ver en Valparaíso en un día’.

Quema de un concesionario de coches

Por qué es tan conocida? Por ser una ciudad portuaria muy destacada, por ser la capital administrativa del país y por ser la casa de artistas como Pablo Neruda. Actualmente cuenta con la fama que un día crió. La orografía de Valpo (como la llaman los chilenos) se distribuye en cerros ya que la ciudad fue construida en los montículos que rodean el puerto.

Nos pusimos a caminar por los cerros sin tener mucha idea de lo que íbamos a ver y nos dimos cuenta que estábamos en el Cerro Alegre. Cuántos cerros hay y qué se puede ver? Hay 5 grandes cerros: el que acabamos de mencionar, el Cerro Concepción, el Cerro Bellavista, el Cerro Florida que se puede visitar la casa de Pablo Neruda ‘La Sebastiana’ y el Cerro Cárcel, del que hablaremos con más profundidad. En todos los cerros podemos encontrar viviendas de chilenos bien coloridas, sean o no coloniales, pequeños comercios, zonas más o menos humildes, pero sobre todo mucho arte callejero. Al igual que Georgetown o Busán (en Corea del Sur), Valparaíso es ciudad de artistas y es por eso que la que visitan muchos curiosos. Las calles están llenas de murales que dan un color especial y más acogedor a esos callejones en los que la pobreza está presente. Mientras nos perdíamos por los cerros y tratábamos de ubicar los murales más famosos, veíamos grupos de turistas con guías locales que explicaban los pormenores de la ciudad y evitaban sentirse perdidos. Si bien es cierto que mucha gente habla de la inseguridad y delincuencia de Valparaíso, nosotros no tuvimos ningún problema, eso sí es recomendable no ir exponiendo la cámara de fotos por todos lados.

Paseando por Cerro Alegre
Panorámica de los cerros
Famoso mural
Gabriela Mistral, siempre presente
Inti, artista callejero

El Cerro Cárcel tiene dos zonas importantes: por un lado se encuentra el Cementerio Nº 1 de Valparaíso y Cementerio de Disidentes y el Parque Cultural Valparaíso. El primero es un terreno enorme con vistas al mar, cuando la niebla te lo permite y una visita interesante para hacerse una idea de la historia del país. Por otro lado, el Parque Cultural Valparaíso es un lugar que nos sorprendió muchísimo. Después del desasosiego que sentíamos en nuestro paso por los otros cerros, encontrarnos con este núcleo de cultura nos cambió la mirada. Este edificio había sido una cárcel que empezó a construirse a finales de 1800 y que estuvo en funcionamiento hasta 1999 llegando a tener miles de reclusos en un espacio muy delimitado. A partir del 2002 el edificio comenzó a ser ocupado por colectivos culturales y de teatro y finalmente se aprobó un proyecto de rehabilitación que pudo convertirse en lo que es ahora: un lugar de cultura. Se pueden reservar salas para ensayar danza, para realizar talleres de yoga, hay una huerta colectiva o una zona verde magnífica para hacer picnics. También hay espacio para un auditorio en el que, ese día, nos encontramos con una ponencia sobre movimientos sociales y era, precisamente, un sociólogo catalán quién estaba hablando sobre el movimiento del 15M. Los chilenos tomaban apuntes y a nosotros nos recordó de nuevo que nuestras historias, la de Chile y la de España, son muy similares.

Es posible que no le diésemos todo el tiempo que necesita la ciudad para poder apreciarla. A pesar del poco tiempo, creemos que no son los disturbios que los que hacen que la ciudad se sienta como decadente, es el paso de los años y el no cuidado de los edificios. Las calles sucias, malolientas y las casas dudosas de mantenerse en pie. Sí, Valparaíso vive del recuerdo y a pesar de que los propios chilenos lo saben y son conscientes de que es una ciudad en decadencia, la adoran y la exaltan. Valparaíso, no es más que un bonito recuerdo del pasado.

Casa colonial destartalada

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